miércoles, 27 de mayo de 2015

Adiós a los papeles, algunos los han perdido


Después de los resultados de las elecciones en general, y en la Villa de Madrid en particular, uno creía que la clase política dirigente iba a tener alguna reacción, ya no digo que cayeran del caballo y descubrieran la necesidad de cambiar el rumbo, sólo aspiraba a algún tipo de cambio pero, desde luego, no el que pudimos ver ayer.

Descubrir a Esperanza Aguirre en rueda de prensa afirmando que está dispuesta a entregar la alcaldía al PSOE, con tal de que no gobierne la "izquierda radical que sólo ha obtenido el voto del 31% de los madrileños" que, sin embargo, por una abrumadora mayoría del 62% han votado por los partidos democráticos, digamos buenos, confirma el hecho de que aquí cada cual usa las matemáticas a su antojo.

Sin restar veracidad a que la suma de Aguirre es correcta, en términos estrictamente matemáticos, hay cosas que no me entran en la cabeza. Empezando por la afirmación de Esperanza Aguirre de que Ahora Madrid es un partido que está fuera del espacio democrático de nuestro país, debe ser que los votos se los dieron en una tómbola.

El tan criticado por la candidata electa del PP prurito de pureza con el que se presentaba Podemos ahora, parece, que le asiste a ella en lo que a estirpe democrática se refiere. Y, por si fuera esto poco, además, se ha ofrecido a encabezar un proyecto regenerador para el Partido Popular de Madrid, como si ella no hubiera tenido nada que ver en el diseño orgánico y político de esta agrupación.

Hay en todo ello cierto olor a esos cordones sanitarios indignos que ya surgieron contra el PP tiempo ha y que, parece, que este partido está dispuesto a recuperar, dado que también Rita Barberá ha propuesto algo similar.

Creo que hay gente que no ha entendido nada. Señores Ozores y su ¡Que Vienen los Socialistas! o, en su versión moderna y Popular, ¡Que Vienen los Rojos Bolivarianos! ya no sirve. Los avisos de que Madrid se va a desintegrar en el mar de políticas comunistas que van a destruir la ciudad no es creíble. Más allá de que las potestades normativas de un Ayuntamiento prácticamente impiden que se puedan aplicar medidas de largo alcance que pudieran modificar nuestro marco de convivencia, y de que las propuestas de Ahora Madrid se dirijan, esencialmente, a alterar las  prioridades públicas de la administración, seamos serios, la única forma de destruir una ciudad que la experiencia nos ha demostrado es endeudarla hasta la ruina y, en el caso de Madrid, ese trabajo ya está hecho.

2 comentarios:

  1. Hasta cierto punto la actitud del PSOE es comprensible; si son alcaldes con el voto del PP ahora luego en noviembre Pablo Iglesias subirá como la espuma (aún más) a costa de los pocos votos socialistas que quedan.

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    1. El PSOE en Madrid está en una situación difícil, no puede permitirse gobernar el Ayuntamiento gracias al PP, pero darle la alcaldía a Ahora Madrid puede hacerles perder más votos al mostrarse estos como una alternativa de gobierno viable.

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