Desde hace unas semanas se viene preparando el XII Congreso de Nuevas Generaciones de Madrid, en el que voy a tener no sé si el gusto o la desgracia de poder participar. ¿Por qué digo esto?, muy sencillo, lo que se preveía un Congreso interesante, con tres candidaturas y voto universal directo y secreto de todos los afiliados está empezando a desvirtuarse incomprensiblemente.
El Comité de Organización del Congreso (COC en adelante) ha adoptado una serie de medidas enormemente perjudiciales para la participación de los afiliados, algo imperdonable cuando se pretende conseguir unas Nuevas Generaciones más democráticas abiertas y transparentes.
La primera de las medidas llegó con la publicación de las ponencias, en concreto con la publicación de la Ponencia de Reglamento de Organización, en la que se informa que los afiliados únicamente podremos enmendar las partes modificadas respecto del reglamento vigente. Presa de mi estupor y embargado de un animo revolucionario leo al completo la ponencia cuando para mi asombro, como era de esperar, en el Reglamento vigente se contempla al Congreso como máximo órgano de decisión y entre sus competencias se encuentra la modificación del propio reglamento, momento en el cual decido situarme en una posición de desobediencia y, por tanto, proceder a enmendar todo aquello que estime oportuno a la espera de que el COC rechace aquellas que exceden las modificaciones que tiempo habrá de protestar airadamente reclamando mis derechos.
La segunda de las medidas me golpeó ayer cuando me entero de que la petición de Antonio José Mesa, uno de los tres candidatos, de habilitar una mesa de votaciones en la sede de la Calle Génova el día del Congreso, para que los afiliados que el sábado (dia laborable y lectivo para algunos estudiantes) no se puedan acercar a Alcalá de Henares (que está ciertamente retirado) a ejercer sus derechos, pudieran votar alli, ha sido rechazada. El único argumento de cierto valor de los aportados por el COC es que si se habilitara se desincentivaría la participación y votación de las ponencias, es cierto, por mi también pueden habilitar una urna Génova para votarlas y se acabó el problema.
Sinceramente creo que si Nuevas Generaciones quiere reformarse deberíamos empezar por habilitar todas las formas de participación posibles a los afiliados, y no cohartar directa o indirectamente el ejercicio de sus derechos como parece estar haciendo el Comité de Organización del Congreso.