miércoles, 6 de mayo de 2015

Por una campaña de debates


¡Estamos en campaña electoral! o no, según se atenga uno a la ley o a los hechos. Pero ¡Estamos en campaña electoral! por si alguno de ustedes aún no se había dado cuenta. Y en medio de esta precampaña, por ser correcto en los términos, uno esperaría algo nuevo y diferente respecto de las anteriores, aunque solo fuera por el cabreo monumental y el hartazgo generalizado que embarga a los españoles y los separa de los partidos políticos que, tradicionalmente, han sido mayoritarios.

Pues bien, ni se les pase por la cabeza que vamos a ver algo distinto a los tan manidos encuentros de amigos convencidos, también llamados mítines, con la esperanza de colar un titular o, en su defecto, protagonizar una pieza de un minuto en el telediario de las nueve. 

Ni los nuevos partidos, ni el clamor social parece que consigan hacer reaccionar a los partidos tradicionales y acercar a sus candidatos hacia nuevas formas de hacer campaña. como por ejemplo participar de manera activa en iniciativas de debate con el resto de partidos o con los ciudadanos. 

Obviamente los partidos necesitan seguir produciendo noticias a diario para que sus candidatos sean conocidos y sus promesas, de verdad o de mentira, lleguen a oídos de los posibles votantes. Sin ánimo de negar este trabajo de campaña, imprescindible, creo que es necesario exigir a nuestros futuros representantes un verdadero compromiso con el debate público, compromiso que, según parece, no todos tienen.

No pretendo glosar las ventajas de un debate abierto, participativo, dinámico y alejado de los corsés que diseñan los jefes de campaña para sus candidatos. Todas las virtudes que yo pudiera explicar serían entendidas como riesgos por un equipo de campaña temeroso, y los hay, y son muchos. Mi única intención al escribir este breve artículo es alabar el trabajo realizado por unos estudiantes comprometidos con una política mejor, un simple grupo heterogéneo de estudiantes, con distintas opciones ideológicas que pretendieron hace unos días, en la Universidad Carlos III de Madrid, ofrecer un debate cercano con todos los candidatos con opciones de representación en la Comunidad de Madrid. Desgraciadamente, a un Aula Magna abarrotada, como no se veía desde hacía tiempo en la Universidad, se le escamoteo un debate completo, puesto que faltó por venir una candidata.

Considero, desde mi posición de votante y ciudadano político, que es de vital importancia valorar las propuestas de un partido político antes de decidir el voto, pero también que es imprescindible comprender, desde una posición de observancia activa, qué tipo de política estamos votando, qué modelo de relación con la ciudadanía estamos eligiendo y qué sistema de rendición de cuentas estamos avalando, si uno basado en la cercanía, el debate y la exposición clara y abierta de los argumentos y los resultados u otro distinto y, quizá, ya conocido por todos.

No sé si la ausencia de Cristina Cifuentes en el Debate organizado por la Asociación Demos en la Universidad Carlos III de Madrid es la plasmación de su forma de hacer política, o sólo una mala decisión de su equipo de campaña, lo que sí sé es que no es un buen comienzo para una nueva candidata que, quizá, estuviera en disposición de cambiar algunas cosas, pero sólo si realmente quiere.

 Para las propuestas, para el debate, para las preguntas y las respuestas, os enlazo el vídeo del evento.

https://arcamm.uc3m.es/arcamm_3/item/show/499c08c4ce13493d8b85adbd606c0557?order_label=g_publish_date+DESC



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