miércoles, 10 de junio de 2015

¡Pactos pactos, que es lo que les jode!


No sé vosotros, pero yo estoy harto de oír decir a todo el mundo qué es la democracia. Y cada uno dice lo que le viene en gana o, en su defecto, lo que le viene bien según el caso, es decir, según los resultados que hayan obtenido en las urnas.

Sí quisiera puntualizar inicialmente que la democracia no es que gobierne la lista más votada y ya está. No es menos democrático, ni un ejercicio de tiranía insoportable, que los representantes electos de los ciudadanos se sienten, negocien y alcancen pactos para gobernar allí donde han sido elegidos. De hecho, esto es un ejercicio de política democrática, aunque a algunos se les olvide a conveniencia.

Cuando leo o escucho propuestas de frentes de izquierdas contra el PP o frentes anti-Podemos creo vivir tiempos pasados y, por qué no decirlo, peores. En los que se establecían cordones sanitarios.La propuesta no puede ser establecer un cordón sanitario contra el PP o Podemos por el mero hecho de serlo, cosa distinta es que se alcancen pactos para gobernar en los que el partido que, hasta ahora, ha estado en el poder sea desalojado. Y no estamos hablando de pactos de perdedores, sino de una práctica democrática fundamental en un sistema parlamentario como el español. La respuesta a un resultado electoral no pueden ser los pactos contra el otro ni tampoco puede ser la simplista propuesta de que gobierne el que más votos saque, sin dejar otra opción. 

Conseguir que la democracia funciones, lograr que la gente se siente a hablar y acordar medidas para permitir la investidura de gobiernos es lo que nuestra democracia necesita. Y hacerlo con normalidad y sin necesidad de escuchar críticas a los partidos que alcanzan esos pactos porque ahora lo hacen, igual que las había cuando no lo hacían, sería una muestra de madurez que aún hoy no parece que la vayamos a observar.

Pero estos pactos deben ser pactos programáticos, pactos de propuestas, políticas, medidas, compromisos y comportamientos ante los problemas que requieren solución. No pactos frentistas. Nos vamos a tener que ir acostumbrando al sonido de la palabra "pacto", sirvan como ejemplo los acuerdos alcanzados ayer por Ciudadanos con el PSOE en Andalucía y con el PP en Madrid. Esto es el devenir normal en un sistema democrático cualquiera y el conjunto de la sociedad va a tener que acostumbrarse y valorar debidamente esta parte de la actividad política, para después refrendarla o rechazarla con sus votos.

Confío en que la sociedad española está preparada para ello. Sin embargo, no lo hago tanto en que lo estén aquellos a los que esta sociedad les ha retirado el poder omnímodo de la mayoría absoluta y, quizá, terminen pagando un precio mayor por no aceptar lo que parece un tiempo nuevo. 

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